Casa Juanita
c/ Pi i Ralló, 7
17255 Begur
Tel. 34 972-62.20.13
Aaayyy... Hacía un montón de días que no añadía ningún nuevo restaurante a este blog. Una lesión muy molesta pero nada grave me impedía escribir en el ordenador. Y ahora que vuelvo estar en forma, voy y elijo un restaurante del que no sé si debería hablar. No porque no se lo merezca, si no porque aún no está masificado, no se ha convertido en una de esas referencias de las que todos hablan, especialmente los que se mueren por estar a la última en la moda gastronómica. Por fortuna, este blog registra pocas lecturas, de modo que puedo confiar en que este restaurante, uno de mis preferidos, continuará siendo, al menos durante un tiempo, un diamante desconocido.
¡Ah! Pero no hay que dejarse engañar por lo que acabo de decir. Aunque no esté masificado, es pequeño, y conviene pedir mesa con antelación. Además, suele cerrar en los meses de menos turismo (no en vano Begur es una población de la costa Brava) y es mejor asegurarse de que está abierto.
Casa Juanita (o Restaurante Juanita, como pone en su tarjeta) lleva el nombre de su creadora, una mujer muy amable y atenta a pesar de su seriedad, y con una mano excelente para preparar el pescado. Pero ahora ya se ha retirado y su hijo ha tomado el relevo, con resultados, en cuanto al pescado, tan acertados como cuando estaba su madre al frente de la cocina.
De eso se trata, pues. De pescado. Hace años era casi todo lo que ofrecía, además de unas ensaladas aliñadas de manera soberbia. Hoy, las ensaladas continúan siendo buenas aunque han perdido un poco de ese toque tan especial, y la carta tiene más variedad: pescado, carne y entrantes diversos. Pero yo sólo voy a hablar del pescado, que es lo único que pedimos cuando vamos allí. El secreto está en la materia prima y en un tipo de cocción tan sencillo como extraordinario en sus efectos.
Una vez sentados a la mesa, te muestran en una bandeja el tipo de pescado del que disponen ese día, capturado esa misma noche o el día anterior como mucho, fresquísimo, y siempre de la zona de la costa Brava, de modo que la mayoría es pescado de roca (dorada salvaje, escórpora –rascassa la llaman ellos–, y otras especies típicas), excelente y muy gustoso. Tras la elección de los comensales, el hijo de Juanita coloca el pescado en una bandeja realizada con papel de plata, le añade tomate, cebolla, patatas cortadas en tacos, aceite... y lo mete todo en un horno de leña. Bueno, sí, es sencillo de hacer, pero acertar en el punto justo de cocción para que el pescado no quede demasiado hecho ni astilloso y las patatas adquieran una leve textura crujiente, tampoco es ninguna tontería. Es, de verdad, el mejor pescado que he probado en ningún sitio.
La carta de vinos es corta pero suficiente. Como nunca pedimos postres, no sé qué tal son. El café es bueno. Y el local, del que ya he dicho que era pequeño, tiene su encanto. Pocas mesas, algo bajas, con sillas pequeñas y bancos corridos, todo en estilo bastante rústico pero nada hortera ni cutre. No es comodísimo (antes era peor, porque en lugar de sillas había taburetes bajos), pero el ambiente agradable y familiar (no penséis en una casa rural, que no va por ahí, es más una cuestión de proximidad) y la excelente comida consiguen que te sientas muy a gusto durante todo el rato.
En cuanto al precio total de la comida, es difícil dar uno aproximado. Como el del pescado es según mercado, en función de lo que pidas te puedes gastar más o menos. Si se duda o el presupuesto con el que se cuenta es ajustado, vale la pena preguntar antes de decidirse por un tipo u otro de pescado, aunque en la carta figuran precios orientativos. No hay que cortarse, que son muy amables y tienen todo tipo de comensales (también los pijos de la zona, claro, qué se le va a hacer). En todo caso, es posible que ronde los 40 euros por persona, pero también puede ser menos, o más.
Casa Juanita es, en resumen, una maravilla que ningún amante del pescado debería perderse.
jueves, 15 de octubre de 2009
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