Ugarit
Varios locales en Barcelona:
Gràcia, Born i Vila Olímpica
(Ver direcciones al final de la entrada)
Tras oír los comentarios sarcásticos de mis hermanas respecto al tipo de restaurante del que hablo en este blog (todos ellos alrededor de los 50 euros por persona), me he decidido a escribir sobre uno con el que espero que se queden contentas. Así, de paso, demuestro que por debajo de los 50 euros también hay vida, y de la buena.
Si no me equivoco, hay siete restaurantes Ugarit en Barcelona. Por lo que sé, no se trata de una franquicia, si no de una cadena ligada a un propietario principal, un hombre sirio que ha sabido traer a la capital catalana algunas de las delicias de la comida de su país y hacerlo con éxito. De los siete locales, cinco están en el barrio de Gràcia, uno está en el Born y el séptimo se encuentra en el interior del centro comercial "La Vila", en la Vila Olímpica.
No son restaurantes sofisticados, ni pretenden nada más allá de lo que ofrecen: buena comida siria a buen precio. Decorados todos ellos en tonos burdeos, con cierta austeridad que huye de barroquismos orientales, pero sin perder de vista una mínima confortabilidad para los clientes, todos ellos tienen también el mismo tipo de carta: platos individuales y combinados que acercan al comensal las recetas principales de la comida siria. También ofrecen servicio de comida para llevar.
La verdad es que hace muchos años que frecuento restaurantes sirios y libaneses, que ofrecen platos muy similares, y tengo que reconocer que la comida de los Ugarit es de las mejores, con la ventaja añadida de que no organizan espectáculos de bailarinas ni cosas similares que me ponen siempre los pelos de punta (no por nada, si no porque me gusta comer con tranquilidad y sin demasiado ruido ambiental).
Sabrosas ensaladas, cremas típicas como el hommos o el labné, platos vegetales como el falafel, arayés de queso o de carne, shawarma, cuscús... toda una variedad de recetas que trasladan a Barcelona la comida del extremo oriental del Mediterráneo. Incluida esa respostería dulcísima que a mí no me gusta nada pero que tiene muchos adeptos, y hasta siete variedades de tés. Eso es lo que se puede encontrar en los Ugarit. Además, cuidan bien los ingredientes y la preparación, que no es nada grasienta.
El servicio siempre es muy amable y atiende a la clientela con esa hospitalidad típica de los países de cultura árabe.
No son restaurantes para comer lentamente y hacer sobremesa. Se podría, pero no es esa la dinámica. La espera al principio y entre plato y plato es mínima, por lo que entras y sales (bien comido) en media hora o tres cuartos. Por eso son una muy buena opción para comer tarde los fines de semana e ir al cine después en primera sesión.
El precio medio de una comida completa: alrededor de 20 euros por persona. A ver, niñas: ¿dejaréis ya de pensar que sólo escribo sobre restaurantes pijos?
(Nota: a petición de mis hermanas, a las que parece que por fin les ha gustado una entrada del blog y que son una vagas, incluyo las direcciones de los restaurantes Ugarit.)
Ugarit Gràcia
c/ Bruniquer, 33-35
08024 Barcelona
Tel. 34 93-285.56.94
Ugarit Bruniquer
c/ Bruniquer, 37
08024 Barcelona
Tel. 34 93-284.12.14
Ugarit Plaça Joanic
c/ Bruniquer, 69
08024 Barcelona
Tel. 34 93-285.67.06
Ugarit Amrit
c/ Verdi, 18
08012 Barcelona
Tel. 34 93-217.65.50
Ugarit Verdi
c/ Verdi, 11
08012 Barcelona
Tel. 34 93-217.86.22
Ugarit Vila Olímpica
Av. Icària, 168
Centre comercial de "La Vila"
Tel. 34 93-221.23.28
Ugarit Born
c/ Comerç, 29
08003 Barcelona
Tel. 34 93-310.08.73
Recomendaciones: el Ugarit del Born no lo conozco; el del centro comercial de "La Vila" es recomendable sólo si se va de compras allí o al cine, porque resulta un poco claustrofóbico al estar en el interior; de los de la calle Bruniquer, el mejor, para mí, es el que está enfrente de la plaça Joanic (el de Bruniquer, 69), aunque el de Bruniquer 33-35 tampoco está mal; y de los de la calle Verdi, el mejor es el Amrit, por amplitud de espacio.
domingo, 21 de junio de 2009
lunes, 15 de junio de 2009
El Racó del Cargol, una perla de l'Hospitalet
El Racó del Cargol
c/ Dr. Martí Julià, 54
08903 L'Hospitalet de Llobregat
Tel. 34 93-449.77.18
La Masia del Rocxi
Passeig Sant Antoni, 17
08014 Barcelona
Tel. 34 93-490.41.15
El Racó del Cargol es uno de los tres restaurantes que posee la familia Guilera Galimany, junto con La Masia del Rocxi de Barcelona (en Sants, muy cerca de los cines Balañá) y el Rocxi en Sant Joan Despí. Yo sólo he estado en los dos primeros, pero supongo que el Rocxi de Sant Joan Despí sigue la misma tónica: restaurante de ambiente familiar pero muy profesional, buen cuidado de la materia prima y excelentes platos. De todos modos, y a pesar de que La Masia del Rocxi no tiene nada que envidiar al Racó del Cargol, me quedo con este último. No puedo dar una razón objetiva de mi elección, ni siquiera defenderla. Sencillamente, me gusta más. Puede que sea tan sólo una cuestión de ambiente.
Para los "cobardicas" de Barcelona que no se atreven a entrar en l'Hospitalet porque las calles son muy liadas: el restaurante está muy cerca del Mercat de Collblanc y es muy fácil de encontrar. Y si ni aun así se ven capaces, en La Masia del Rocxi pueden encontrar el mismo tipo de comida. Sea como fuere, ambos restaurantes están muy solicitados, por lo que es aconsejable reservar mesa antes de ir.
La carta es extensa y está repleta de propuestas apetitosas, hasta el punto de que es difícil decidirse. De modo que la mejor opción es repetir visita y probar nuevas cosas cada vez. Ofrecen platos de temporada (como las setas en otoño, por supuesto), pero tienen también varios clásicos que no hay que menospreciar.
Por lo que he observado, muchos comensales acuden por la fama de sus arroces y pescados. Nosotros nos decantamos más por la carne, sobre todo por el filete a la sal (cortado como si fuese un carpaccio, pero tibio y mucho más meloso), pero hay un montón de opciones más: los boquerones fritos y marinados con vinagre y miel, las habitas con chipirones y setas, el pulpo al carbón... Y, por encima de todos ellos, los sensacionales caracoles, hechos en una cazuela de hierro y con una picada riquísima.
Una comida completa para dos, con postre y bebida, ronda los 100 euros. Y tienen zona de fumadores.
c/ Dr. Martí Julià, 54
08903 L'Hospitalet de Llobregat
Tel. 34 93-449.77.18
La Masia del Rocxi
Passeig Sant Antoni, 17
08014 Barcelona
Tel. 34 93-490.41.15
El Racó del Cargol es uno de los tres restaurantes que posee la familia Guilera Galimany, junto con La Masia del Rocxi de Barcelona (en Sants, muy cerca de los cines Balañá) y el Rocxi en Sant Joan Despí. Yo sólo he estado en los dos primeros, pero supongo que el Rocxi de Sant Joan Despí sigue la misma tónica: restaurante de ambiente familiar pero muy profesional, buen cuidado de la materia prima y excelentes platos. De todos modos, y a pesar de que La Masia del Rocxi no tiene nada que envidiar al Racó del Cargol, me quedo con este último. No puedo dar una razón objetiva de mi elección, ni siquiera defenderla. Sencillamente, me gusta más. Puede que sea tan sólo una cuestión de ambiente.
Para los "cobardicas" de Barcelona que no se atreven a entrar en l'Hospitalet porque las calles son muy liadas: el restaurante está muy cerca del Mercat de Collblanc y es muy fácil de encontrar. Y si ni aun así se ven capaces, en La Masia del Rocxi pueden encontrar el mismo tipo de comida. Sea como fuere, ambos restaurantes están muy solicitados, por lo que es aconsejable reservar mesa antes de ir.
La carta es extensa y está repleta de propuestas apetitosas, hasta el punto de que es difícil decidirse. De modo que la mejor opción es repetir visita y probar nuevas cosas cada vez. Ofrecen platos de temporada (como las setas en otoño, por supuesto), pero tienen también varios clásicos que no hay que menospreciar.
Por lo que he observado, muchos comensales acuden por la fama de sus arroces y pescados. Nosotros nos decantamos más por la carne, sobre todo por el filete a la sal (cortado como si fuese un carpaccio, pero tibio y mucho más meloso), pero hay un montón de opciones más: los boquerones fritos y marinados con vinagre y miel, las habitas con chipirones y setas, el pulpo al carbón... Y, por encima de todos ellos, los sensacionales caracoles, hechos en una cazuela de hierro y con una picada riquísima.
Una comida completa para dos, con postre y bebida, ronda los 100 euros. Y tienen zona de fumadores.
Loidi, menús de alta cocina
Loidi
c/ Mallorca, 248
08008 Barcelona
Tel. 34 93-492.92.92
El Loidi es el "hermano pequeño" del Lasarte, el restaurante que Martín Berasategui abrió en Barcelona hace algo más de tres años y que se encuentra en el hotel Condes de Barcelona. Dirigido también por el cocinero vasco y situado justo enfrente de su "hermano mayor", en la calle Mallorca, entre el Passeig de Gràcia y la Rambla de Catalunya, es una forma económica de acercarse a la alta cocina vasca. Además, a diferencia del Lasarte, que está cerrado los fines de semana, el Loidi no sólo abre los sábados, sino también los domingos a mediodía.
El local tiene una pequeña zona para fumadores que se agradece, aunque la decoración y el mobiliario, cuidados pero algo fríos, no inviten demasiado a las sobremesas largas. En todo caso, el servicio es muy atento y eficiente, y resulta una buena opción para comer bien antes de, por ejemplo, ir al cine en primera sesión de tarde.
Y, ¿cómo consigue que se pueda disfrutar de la excelente cocina de Berasategui a buen precio? Pues con una carta un poco particular, que sólo dispone de dos menús (sin platos adicionales). El primer menú cuesta 37 euros por persona y consta de cuatro platos: entrante, pescado, carne y postre, con dos o tres opciones a elegir para cada uno de ellos. El segundo, a un precio de 45 euros, es una especie de minimenú de degustación, con cuatro platos más postre, pero en este caso no hay elección posible excepto para el postre.
La oferta es muy restringida, sí, pero está muy bien pensada y es de suficiente calidad como para que el comensal pueda disfrutar de ella sin mayores problemas. No es difícil encontrar, sobre todo en el menú de 37 euros, cuatro buenas opciones. Los postres, por supuesto, son deliciosos.
Una advertencia: en el precio de ambos menús no están incluidas ni las bebidas ni los cafés, por lo que, al final, una comida completa para dos personas se acaba acercando mucho a los 100 euros.
c/ Mallorca, 248
08008 Barcelona
Tel. 34 93-492.92.92
El Loidi es el "hermano pequeño" del Lasarte, el restaurante que Martín Berasategui abrió en Barcelona hace algo más de tres años y que se encuentra en el hotel Condes de Barcelona. Dirigido también por el cocinero vasco y situado justo enfrente de su "hermano mayor", en la calle Mallorca, entre el Passeig de Gràcia y la Rambla de Catalunya, es una forma económica de acercarse a la alta cocina vasca. Además, a diferencia del Lasarte, que está cerrado los fines de semana, el Loidi no sólo abre los sábados, sino también los domingos a mediodía.
El local tiene una pequeña zona para fumadores que se agradece, aunque la decoración y el mobiliario, cuidados pero algo fríos, no inviten demasiado a las sobremesas largas. En todo caso, el servicio es muy atento y eficiente, y resulta una buena opción para comer bien antes de, por ejemplo, ir al cine en primera sesión de tarde.
Y, ¿cómo consigue que se pueda disfrutar de la excelente cocina de Berasategui a buen precio? Pues con una carta un poco particular, que sólo dispone de dos menús (sin platos adicionales). El primer menú cuesta 37 euros por persona y consta de cuatro platos: entrante, pescado, carne y postre, con dos o tres opciones a elegir para cada uno de ellos. El segundo, a un precio de 45 euros, es una especie de minimenú de degustación, con cuatro platos más postre, pero en este caso no hay elección posible excepto para el postre.
La oferta es muy restringida, sí, pero está muy bien pensada y es de suficiente calidad como para que el comensal pueda disfrutar de ella sin mayores problemas. No es difícil encontrar, sobre todo en el menú de 37 euros, cuatro buenas opciones. Los postres, por supuesto, son deliciosos.
Una advertencia: en el precio de ambos menús no están incluidas ni las bebidas ni los cafés, por lo que, al final, una comida completa para dos personas se acaba acercando mucho a los 100 euros.
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martes, 2 de junio de 2009
Miramar, una de las estrellas de l'Empordà
Miramar
Passeig Marítim, 7
17490 Llançà
Tel. 34 972-38.01.32
Aunque sólo he estado una vez en este restaurante de la Costa Brava empordanesa, vale la pena hacer un breve comentario sobre él.
Situado en el passeig Marítim de Llançà, a pie de playa, y con unas magníficas vistas sobre el puerto y la bahía, el local se encuentra en los bajos de un edificio que aloja, también, al hotel Miramar. Sorprendentemente, el hotel es de sólo una estrella, mientras que el restaurante cuenta con una de las muy buscadas estrellas Michelin. Bueno, puede que mi sorpresa se deba tan sólo a un prejuicio, pero para mí resulta un poco chocante.
En todo caso, y a pesar de todos los peros que puedan ponérsele a la forma de valoración que tiene la "temible" guía Michelin, la estrella otorgada al restaurante está, en este caso, totalmente justificada, o al menos eso me pareció a mí en mi primera, y hasta el momento única, visita al Miramar.
El espacio es muy agradable, decorado en blancos que crean un ambiente limpio y contrastado con el azul del mar que tiene justo enfrente. El servicio, aunque no es muy numeroso, es muy atento y profesional. De todos modos, hay una pega. Es de esos restaurantes en los que tú no te sirves el vino, sino que, después de colocarlo alejado de la mesa, te lo sirven ellos. Esto, que supongo que se hace como una atención hacia el comensal, puede llegar a convertirse en una desatención si la persona que se ocupa de ir llenando las copas no está muy atenta. Nunca me ha parecido ésta una buena opción para servir el vino. Prefiero disponer de él cuando me apetezca, y no me parece mejor un restaurante por el hecho de llevar a cabo esta práctica.
Siguiendo con los vinos, vale la pena hablar un poco de la carta. Es muy historiada, impresa en forma de libro de gran formato. Muy bonita, pero muy poco práctica. Contiene mucha información sobre cada tipo de vino y sobre cada denominación de origen; tanta información que resulta imposible leerla durante el proceso de elección, con lo que lo único que acaba consiguiendo es que te resulte bastante difícil encontrar el vino deseado. Aun así, disponen de vinos remarcables.
En cuanto a la comida, los platos que escogimos resultaron excelentes. Un tartar de atún y unos boquerones fritos como entrantes, y un arroz de segundo. Los aperitivos del inicio, los postres y los petit fours estaban también deliciosos. La verdad es que, aunque la carta no es muy extensa, hay tantos platos con aspecto apetecible que resulta difícil dedicirse. Quizá por eso ofrecen también dos menús variados: uno de degustación y otro de temporada.
Una comida completa para dos, regada con un buen vino, nos costó unos 180 euros. No es barato, pero vale la pena probarlo, aunque sea para una ocasión especial.
Passeig Marítim, 7
17490 Llançà
Tel. 34 972-38.01.32
Aunque sólo he estado una vez en este restaurante de la Costa Brava empordanesa, vale la pena hacer un breve comentario sobre él.
Situado en el passeig Marítim de Llançà, a pie de playa, y con unas magníficas vistas sobre el puerto y la bahía, el local se encuentra en los bajos de un edificio que aloja, también, al hotel Miramar. Sorprendentemente, el hotel es de sólo una estrella, mientras que el restaurante cuenta con una de las muy buscadas estrellas Michelin. Bueno, puede que mi sorpresa se deba tan sólo a un prejuicio, pero para mí resulta un poco chocante.
En todo caso, y a pesar de todos los peros que puedan ponérsele a la forma de valoración que tiene la "temible" guía Michelin, la estrella otorgada al restaurante está, en este caso, totalmente justificada, o al menos eso me pareció a mí en mi primera, y hasta el momento única, visita al Miramar.
El espacio es muy agradable, decorado en blancos que crean un ambiente limpio y contrastado con el azul del mar que tiene justo enfrente. El servicio, aunque no es muy numeroso, es muy atento y profesional. De todos modos, hay una pega. Es de esos restaurantes en los que tú no te sirves el vino, sino que, después de colocarlo alejado de la mesa, te lo sirven ellos. Esto, que supongo que se hace como una atención hacia el comensal, puede llegar a convertirse en una desatención si la persona que se ocupa de ir llenando las copas no está muy atenta. Nunca me ha parecido ésta una buena opción para servir el vino. Prefiero disponer de él cuando me apetezca, y no me parece mejor un restaurante por el hecho de llevar a cabo esta práctica.
Siguiendo con los vinos, vale la pena hablar un poco de la carta. Es muy historiada, impresa en forma de libro de gran formato. Muy bonita, pero muy poco práctica. Contiene mucha información sobre cada tipo de vino y sobre cada denominación de origen; tanta información que resulta imposible leerla durante el proceso de elección, con lo que lo único que acaba consiguiendo es que te resulte bastante difícil encontrar el vino deseado. Aun así, disponen de vinos remarcables.
En cuanto a la comida, los platos que escogimos resultaron excelentes. Un tartar de atún y unos boquerones fritos como entrantes, y un arroz de segundo. Los aperitivos del inicio, los postres y los petit fours estaban también deliciosos. La verdad es que, aunque la carta no es muy extensa, hay tantos platos con aspecto apetecible que resulta difícil dedicirse. Quizá por eso ofrecen también dos menús variados: uno de degustación y otro de temporada.
Una comida completa para dos, regada con un buen vino, nos costó unos 180 euros. No es barato, pero vale la pena probarlo, aunque sea para una ocasión especial.
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La Clara, un recurso seguro
La Clara
Gran Via de les Corts Catalanes, 442
o8015 Barcelona
Tel. 34 93-289.34.60
Situado cerca de la plaça d'Espanya, el restaurante La Clara es un buen recurso para acertar siempre si no sabes a dónde ir (abre todos los días), si invitas a alguien a comer o a cenar (sus precios son razonables) o si, sencillamente, te apetece comer bien.
El local es agradable, de dos plantas, y en la inferior tiene un espacio reservado para fumadores. Por cierto, vale la pena fijarse en la gran fotografía que se encuentra en el primer rellano de las escaleras que conducen al piso inferior. De una forma muy original, disponiendo determinados productos alimenticios en platos, reproduce el skyline de la ciudad de Barcelona. Es divertido reconocer algunos de los edificios emblemáticos de la ciudad en un manojo de espárragos, dos botellas de vino, una remolacha...
La carta es extensa. Cocina catalana y de mercado. Y tiene algunos platos memorables, como las albóndigas de sepia (de, no con). También son destacables el steak tartar, el pajar con huevo de payés y gambas al ajillo, los pescados, las habitas salteadas... Y los canalones pueden ser una buena elección. Preparan productos de temporada que vale la pena probar (múrgulas –colmenillas– y pimientos de Gernika en primavera, todo tipo de setas en otoño, etc.). En resumen, es fácil encontrar varios platos con los que disfrutar de una buena comida.
En cuanto al servicio, en general son todos muy amables, aunque algunos camareros mantienen algunos tics machistas un poco molestos, como dejar la carta de vinos y la de whiskys al miembro masculino de la pareja, o servir el café con hielo al miembro femenino aunque lo haya pedido él y no ella. Curiosamente, o quizá no, este tipo de comportamiento es más usual en los camareros de aquí que en los inmigrados. Estos últimos son más prudentes y preguntan antes.
Una comida para dos, completa, con postres incluidos y vino, ronda los 100 euros. Sin vino, puede ser algo más barata.
Gran Via de les Corts Catalanes, 442
o8015 Barcelona
Tel. 34 93-289.34.60
Situado cerca de la plaça d'Espanya, el restaurante La Clara es un buen recurso para acertar siempre si no sabes a dónde ir (abre todos los días), si invitas a alguien a comer o a cenar (sus precios son razonables) o si, sencillamente, te apetece comer bien.
El local es agradable, de dos plantas, y en la inferior tiene un espacio reservado para fumadores. Por cierto, vale la pena fijarse en la gran fotografía que se encuentra en el primer rellano de las escaleras que conducen al piso inferior. De una forma muy original, disponiendo determinados productos alimenticios en platos, reproduce el skyline de la ciudad de Barcelona. Es divertido reconocer algunos de los edificios emblemáticos de la ciudad en un manojo de espárragos, dos botellas de vino, una remolacha...
La carta es extensa. Cocina catalana y de mercado. Y tiene algunos platos memorables, como las albóndigas de sepia (de, no con). También son destacables el steak tartar, el pajar con huevo de payés y gambas al ajillo, los pescados, las habitas salteadas... Y los canalones pueden ser una buena elección. Preparan productos de temporada que vale la pena probar (múrgulas –colmenillas– y pimientos de Gernika en primavera, todo tipo de setas en otoño, etc.). En resumen, es fácil encontrar varios platos con los que disfrutar de una buena comida.
En cuanto al servicio, en general son todos muy amables, aunque algunos camareros mantienen algunos tics machistas un poco molestos, como dejar la carta de vinos y la de whiskys al miembro masculino de la pareja, o servir el café con hielo al miembro femenino aunque lo haya pedido él y no ella. Curiosamente, o quizá no, este tipo de comportamiento es más usual en los camareros de aquí que en los inmigrados. Estos últimos son más prudentes y preguntan antes.
Una comida para dos, completa, con postres incluidos y vino, ronda los 100 euros. Sin vino, puede ser algo más barata.
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